miércoles, 8 de marzo de 2017

La producción.
Dado que nuestra zona es de secano, y no hay muchas alternativas productivas, la practica totalidad de la misma, era y sigue siendo, mayoritariamente agrícola. Ganadera, en muy menor medida.
Nuestro pueblo, dispone de un terreno, que en buena medida, es bueno. Aunque sea de secano. Su geografía, es bastante irregular, en cuanto que tiene abundantes lomas, arroyos (unos 40), y otros desagües menores (que desembocan en los ríos Valdecuriada o Ucieza), y conforman una variedad de pequeños valles muy diversos, con un terreno de excelente calidad. Los productos agrarios que mejor se dan en estos terrenos, que eran los siguientes:
Trigo, cebada, avena, yero, lenteja pardina, guisante (arvejas), garbanzo, tito, muela, chocho (altramuz), la patata, y vino.  Ahora bien, la mayor parte se la llevaban el trigo, la cebada, los yeros y las lentejas.
Había además, una buena cantidad de hectáreas dedicadas a la vid. El vino que se daba, era un clarete con algo de aguja, bajo en alcohol, y un buen sabor en boca, que en las bodegas subterráneas del pueblo, ganaba en calidad con el tiempo, aunque fuera un vino de consumo anual. Una pena su pérdida.
Existían además, unas veintiséis bodegas clásicas subterráneas, teniendo unas tres/cuatro, el lagar para elaborar el vino. Una parte importante de los vecinos, tenían vino de su cosecha para todo el año. Éste, se metía en carrales de madera que se conservaba estupendamente en la bodega de cada uno.
En cuanto a la ganadería,  había varios rebaños de ganado lanar, con unos excelentes lechazos y corderos, que al horno de leña como antes se hacía también el pan, eran un verdadero manjar. En el pueblo, había tres/cuatro pastores, que llevaban al campo, los rebaños de varios vecinos, y alguno, tenía rebaño propio. También había algo de ganado caprino y caballar. Entre los años 1950/1960,  El ganado que se utilizaba para las labores agrícolas, eran las vacas principalmente; aunque estas, pronto dieron paso al ganado mular y caballar. Existía un corral llamado de las burras, donde los vecinos, llevaban los animales que no trabajaban para que se les llevara al campo a pacer. Para ése menester, había un pastor que se pagaba entre todos. Éste, avisaba a los vecinos, tocando una gran caracola, que se oía en todo el pueblo.
Otro modus vivendi, era que la mayor parte de los vecinos tenían un huerto para su autoconsumo de verduras como: lechugas, cebollas, cebolletas, berza, puerros, ajos, fresas, etc. etc. Aparte de estas verduras, se aprovechaban otras que nacían solas por el campo como: las aceras, lecherinas, berros, manchocos, también existía alguna huerta con diversos tipos de frutales: manzanos, perales, guindos, cerezos, limoneros, higueras, nogales; además había varias guindaleras (y unos pocos cerezos) repartidas por diversas partes del campo.
Un comentario que no quiero dejar pasar, y es que cuando yo tenía entre 7/9 años, había en el pueblo un par de mozos de unos 17 años, que en sus horas libres, se dedicaban a plantar guindaleras en las zonas del campo que estaban perdidas por ser terreno de mala calidad, y claro, no se les logró ninguna.          O sea, que decididos y emprendedores sí que eran. Eran grandes amigos. Uno, se llamaba Juan y el otro, César. Éste, era hermano mío.
Existían unos seis palomares, de los que creo aún perviven unos cuatro, aunque en mal estado. Una verdadera pena.
En cuanto a la caza, había bastante cantidad de: codornices, perdices, liebres, y ya en menor medida, conejos, zorros, y jabalíes.
Aparte de los pastores de ovejas, que conocían muy donde había huras de conejo y las camas de las liebres, había algún cazador en el pueblo, que cazaba la liebre con galgos y a veces, invitaban a amigos de pueblos próximos, a acompañarlos.

En los ríos Ucieza y Valdecuriada, abundaban los cangrejos autóctonos, y los barbos. No se quien pudo ser el listo que se cargó nuestros cangrejos, pero….., bueno, mejor dejarlo. Personas de más edad que yo,  me han indicado, que antaño allá por los años 1.920/30, también se pescaba la trucha. Y a lo largo y ancho de las riberas de ambos ríos, podíamos contemplar el verdor de varios plantíos de zalces y chopos.      En éllos, hacían sus nidos las pigazas (urracas) (hoy en día, vecinas de las ciudades), y no podemos olvidarnos de los picamadera (pájaro carpintero). Éste ave, que hasta los años 1.950/60 se la veía con mucha frecuencia por nuestra tierra, ahora se le da por desaparecido. Otra ave que también frecuentaba el pueblo, era el aguanieves o lavandera blanca, especialmente, en los meses de invierno. Es un ave inquieta, de aspecto inocente, simpático y limpio. 

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