martes, 14 de mayo de 2024

    1. * 24/03.  GOZÓN DE UCIEZA.  (Palencia) Recuerdos y Añoranzas . La producción  local.

    2. Dado que el campo del pueblo es de secano en su totalidad, solamente hay la posibilidad de siembra de ciertos artículos, por lo que el cereal, las leguminosas, algo de alfalfa y menos aún la esparceta, eran la única alternativa para los agricultores. En cuanto a la ganadería, solo el ovino era importante, no así el bovino, que apenas se explotaba.

      Gozón de Ucieza, dispone de un terreno, que en buena medida, es bueno. Aunque sea de secano. Su geografía, es bastante irregular, en cuanto que tiene abundantes lomas, altos, arroyos (unos 40), y otros desagües menores (que desembocan en los ríos Valdecuriada o Ucieza), y conforman una variedad de pequeños valles muy diversos, con un terreno de excelente calidad. Los productos agrarios que mejor se adaptaban a esta zona de “la loma” eran: el trigo, cebada, avena, yero, lenteja pardina,  y ya en menor medida, el guisante (arveja), garbanzo, tito, muela, chocho (altramuz), la patata, alfalfa y esparceta, y también el vino.

      Como antes decía, el pueblo contaba con una buena cantidad de hectáreas dedicadas a la vid. El vino que se daba, era un clarete con algo de aguja, bajo en alcohol, y un buen sabor en boca, que en las bodegas subterráneas del pueblo, ganaba en calidad con el tiempo; aunque creo que era un vino de consumo anual. Una verdadera pena la  pérdida de aquellos viñedos. Llegó la concentración parcelaria, (necesaria por otra parte) y acabó con algunas cosas buenas. Las dos caras de la misma moneda.

      Además, existían unas veintiséis bodegas clásicas subterráneas, teniendo unas ocho, el lagar para recibir la uva madura para elaborar el vino. Una parte de los vecinos, tenían vino de su cosecha para todo el año. Aunque el viñedo existente no daba para el consumo total del pueblo. Éste, se metía en carrales/cubas de madera que lo conservaba estupendamente. Tengamos en cuenta que este tipo de bodegas mantienen la misma temperatura durante todo el año.

      En cuanto a la ganadería,  había varios rebaños de ganado lanar, con unos excelentes lechazos y corderos, que al horno de leña, como antes se hacía también el pan, eran un verdadero manjar. En el pueblo, había tres/cuatro pastores, que llevaban al campo, los rebaños de varios vecinos; También había algo de ganado vacuno, caprino y caballar sin mayor importancia.

      Entre los años 1950/1960,  El ganado que se utilizaba para las labores agrícolas, eran las vacas principalmente; aunque estas, pronto dieron paso al ganado mular y caballar.

      Existía un corral llamado de las burras, donde los vecinos llevaban aquellos animales que no trabajaban para que se les llevara al campo a pacer. Para ése menester, había un pastor. Éste, avisaba a los vecinos, tocando una gran caracola, que se oía por  todo el pueblo.

      Otro modus vivendi, era que la mayor parte de los vecinos criaban sus gallinas, conejos, cerdos, etc. y el tener un huerto para su autoconsumo de verduras como: lechugas, cebollas, cebolletas, berza, puerros, ajos, fresas, etc. era lo normal. Aparte de estas verduras, se aprovechaban otras que nacían solas por el campo como: las aceras o acederas, lecherinas, berros, manchocos, también existía alguna huerta con diversos tipos de frutales: manzanos, perales, guindos, cerezos, limoneros, higueras, nogales; además había varias guindaleras repartidas por diversas partes del campo.

      Un comentario que no quiero dejar pasar; cuando yo tenía entre 7/10 años, había en el pueblo un par de mozos de unos 17 años, que en sus horas libres, se dedicaban a plantar guindaleras en las zonas del campo que estaban perdidas por ser terreno de mala calidad, y claro, no se les logró ninguna. O sea, que decididos y emprendedores sí que eran. Eran grandes amigos. Se llamaban Juan y Cesar Pompeyo. Éste último, hermano mío. Me sacaba 8 años. 

      Existían unos seis palomares; aún perviven alguno, aunque en mal estado. Una pena.

      En cuanto a la caza, había abundancia de: codornices, perdices, liebres, y ya en menor medida, paloma torcaz, conejos y zorros.

      Aparte de los pastores de ovejas, que conocían muy bien donde había huras de conejo y las camas de las liebres; había un cazador en el pueblo, que practicaba la caza de la liebre con galgo.

      En los ríos Ucieza y Valdecuriada, abundaban los cangrejos autóctonos, los barbos y también las truchas. No se quien pudo ser el listo que se cargó nuestros excelentes cangrejos autóctonos, pero… bueno, mejor dejarlo. Personas de más edad que yo,  me han indicado, que también se pescaba la trucha por estos ríos.

      A lo largo y ancho de las riberas de ambos ríos, se podía contemplar el verdor de bastantes plantíos de zalces y sobre todo de chopos. Su verdor casi permanente, dan una gran sensación de calma y tranquilidad. 

      En ellos hacían sus nidos las pigazas (urracas) (hoy en día, vecinas de las ciudades), sin olvidarnos de los picamadera (pájaro carpintero). Éste ave, que hasta los años 1.950/60 se le veía con frecuencia por nuestra tierra, ahora se le da por desaparecido. La abubilla, un ave realmente curioso y espectacular, tanto por su canto “bub-bub-bub”, como por su moño o cresta de regular tamaño. Otra ave que también frecuentaba el pueblo, llamado aguzanieves o lavandera blanca, especialmente, en los meses de invierno. Es un ave inquieta, de aspecto inocente, simpática y limpia.


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